
El Centro de Desarrollo Comunitario DIKÉ LGBT+ es una asociación sin fines de lucro, laica, apartidista y asindicalista, conformada por personas LGBT+, que promueve, defiende y protege los derechos humanos de la población LGBT+ en todo el territorio salvadoreño.
DIKÉ inició su trabajo en el año 2008 con el nombre de «Movimiento por la Diversidad Sexual y los Derechos Humanos Trans» conocido como Movimiento Trans o MDSDH, liderado por la activista Fransheska Stacy Reyes. En esta primera fase prevalecieron las acciones de prevención primaria del VIH y la sensibilización del personal del Ministerio de Salud, con el fin de reducir la discriminación por el estado serológico de VIH, por la homofobia y transfobia. El equipo estaba conformado por mujeres trans voluntarias: Stacy Araujo, Kristal López y Zadira Saldaña, con asistencia técnica ad-honorem de Modesto Mendizabal.
El 23 de octubre de 2011, se tomaron acuerdos para abordar otras problemáticas más allá de la prevención del VIH y con asistencia del Proyecto PASCA se obtuvo la personería jurídica el 7 de diciembre de 2012 bajo el nombre de «Asociación Salvadoreña de Mujeres Transgénero, Transexuales y Travestis» (ASTRANS). En esta fase se sumó al grupo Verónica Grisselle López.
Desde 2012, la organización ha crecido considerablemente, en sus programas y sus alcances y se fueron sumando diferentes miembros de la comunidad LGBT+, por lo que la Asamblea de Socios, en el año 2022 decidió hacer una nueva TRANSICIÓN y cambiar el nombre de ASTRANS por Centro de Desarrollo Comunitario DIKÉ LGBT+.
DIKÉ es el nombre y símbolo de nuestra organización, que podríamos traducir como JUSTICIA.
DIKÉ, DICE o DICEA, era la diosa en la mitología griega, que representaba la esperanza de un orden justo en la sociedad y que se oponía a la injusticia y la corrupción. En la literatura y la poesía griega, su presencia servía como un recordatorio de la importancia de la justicia y la moralidad. A menudo es representada como una mujer que lleva una balanza, simbolizando el equilibrio y la imparcialidad en la administración de la justicia; y una espada, que representa la autoridad y la fuerza necesaria para hacer cumplir la justicia y castigar a quienes la infringen.